La ITV (Inspección Técnica de Vehículos) revisa el nivel de emisiones sonoras del vehículo durante el proceso de inspección. Esta revisión se realiza para garantizar que el vehículo cumple con los límites establecidos por la normativa vigente en cuanto a emisiones sonoras.
Durante la inspección, se utilizan equipos especializados para medir el nivel de ruido emitido por el vehículo. Estos equipos se colocan en una posición específica, generalmente a una distancia determinada del escape del vehículo, y se realiza una medición mientras el motor está en funcionamiento.
El nivel de emisiones sonoras permitido puede variar dependiendo del tipo de vehículo y de la normativa aplicable en cada país. En general, se establecen límites máximos de ruido para diferentes categorías de vehículos, como automóviles, motocicletas, camiones, etc.
Si el vehículo supera los límites establecidos, se considera una falta y puede dar lugar a la no aprobación de la ITV. En este caso, el propietario del vehículo deberá realizar las reparaciones necesarias para reducir el nivel de ruido y volver a presentar el vehículo para una nueva inspección.
Es importante destacar que el control de emisiones sonoras es solo uno de los aspectos que se revisan durante la ITV. También se evalúan otros aspectos relacionados con la seguridad y el estado general del vehículo, como los frenos, las luces, los neumáticos, etc.
En resumen, la ITV sí revisa el nivel de emisiones sonoras del vehículo para garantizar que cumple con los límites establecidos por la normativa vigente. Si el vehículo supera estos límites, se considera una falta y puede dar lugar a la no aprobación de la inspección.